Si tengo que elegir elijo un dios salvaje,
humano, cruel, propio.
Divinidad humanizada,
inherente a lo brutal,
que no hay dios que no exija sacrificios.
Si no le importamos, si se divierte.
Si esto es producto de la fiebre,
zenit de mis delirios,
temblando escribo,
el trazo siempre tembloroso fue.
En verdad no busco un dios,
sólo buscó un no ser corpóreo,
que la carne no sea sólo eso, carne.
Que la conciencia no sea sólo eso,
transcurso.
Tobías Leiro
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